Como todas las Navidades, el Rey Don Juan Carlos ha vuelto a acercarse a nuestros hogares para ofrecernos su discurso navideño. Puede que para algunos haya sido más de lo mismo, pero lo cierto es que este año da la impresión de que el Monarca ha querido transmitir un mensaje de mayor calado político. Y lo ha hecho sin abandonar su moderación habitual, algo que, como es lógico ha permitido que tanto tanto socialistas, como populares hayan visto en él un respaldo a sus políticas. Sin embargo, merece la pena analizar el discurso da Navidad del Rey.
Don Juan Carlos estableció un interesante equilibrio entre la idea de la unidad de España y la de la pluralidad del Estado. No cabe duda de que unidad fue una de las palabras más utilizadas por el Monarca , pero al mezclarla con la España plural y diversa de la que hoy disfrutamos, Don Juan Carlos pareció querer establecer con claridad los límites entre los que deben moverse los dos partidos mayoritarios. En el momento en el que sectores de unos y otros parecen olvidar alguno de esos términos de la balanza, el Rey fijó un término medio por el que, en su opinión, debería transitar el futuro de nuestro país. Por cierto, el Monarca afirmó que la corona preservará la unión solidaria de las diversas tierras de España, función que, a pesar de lo comentada que ha sido esta frase, otorga la Constitución al Jefe del Estado.
En su discurso el Rey también apostó por la vigencia de una Carta Magna que, no cabe duda, es una de las artífices de su presencia anual en nuestras pantallas por estas fechas. Sin embargo, no cerró las puertas a su reforma. Lejos de conservadurismos irracionales, Don Juan Carlos se limitó a dejar clara la idea de que el pilar fundamental sobre el que se sustenta la Constitución es el consenso. Un consenso que, sin duda, debe ser la piedra angular de toda reforma constitucional a la que, por cierto, no debe tenerse ningún miedo.
Casi entroncado con ese asunto el Rey quiso recordar que la alternancia política es siempre escenario de nuevos proyectos y debates (...) las diferencias políticas deben resolverse con prudencia. Mensaje, que parece todo un aviso a navegantes en estos momentos de creciente crispación política. Una vez más, la llamada a la prudencia y la moderación en el mensaje navideño de Don Juan Carlos, pero en este caso más necesaria que nunca dado el tono que están adoptando determinadas discusiones.
Por lo demás, el discurso estuvo encabezado por un emotivo recuerdo a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo, muy agradecido por la portavoz de la asociación de víctimas del 11 M, Pilar Manjón. También habló el Rey de la necesidad de que el país sea más justo y de la necesaria igualdad de derechos para todos. Don Juan Carlos mezcló además en su discurso el elogio a la institución familiar como soporte básico de la transmisión de la cultura y los valores éticos, con la necesidad de una mejora sustancial de la educación de los jóvenes de nuestro país.
Otro de los mensajes que el Rey quiso lanzar en su discurso navideño es el de la necesidad de que todos los españoles trabajen juntos a favor de la candidatura de Madrid a albergar los Juegos Olímpicos de 2012. Un comentario, el del Monarca, que pareció responder a las desafortunadas, y posteriormente rectificadas, declaraciones del líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Josep Lluis Carod-Rovira, sobre el apoyo catalán a dicha candidatura.
Finalmente, merece una reflexión las palabras de Don Juan Carlos sobre la Constitución Europea. algunas formaciones políticas, como Izquierda Unida, han visto en ellas un apoyo al sí en el referéndum sobre la Carta Magna de la UE, compruébenlo ustedes mismos Damos nuestra más cordial bienvenida a los diez nuevos Estados que este año se incorporaron a la Unión Europea. El próximo año se inicia con la ratificación del Tratado que establece una Constitución para Europa. Como españoles y como europeos, debemos abordar con altura de miras las oportunidades y responsabilidades que dicho Tratado nos plantea.
De ellas, en principio, no se deduce ningún tipo de apoyo al sí en el referéndum constitucional. Cabe preguntarse dónde entendió el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, un alineamiento claro del Rey. En cualquier caso, de la misma manera que el Rey dio su apoyo a la Constitución Española en 1978, no entiendo por qué no debería apoyar la Carta Magna Europea como pilar básico para la consolidación de la UE.
Sin embargo, lo cierto, es que las críticas a las palabras del Rey han sido en esta ocasión más tibias de lo habitual por parte de aquellos que con más dureza las suelen lanzar. Los nacionalistas vascos y catalanes han mostrado ciertas reservas a la idea de unidad de España transmitida por el Monarca. Era de esperar, aunque lo cierto es que deberían tener en cuenta que dado el papel institucional que ostenta Don Juan Carlos, no caben otras palabras que las de defensa a la unidad de España. Una defensa de la que podrían haber entresacado la idea de unión solidaria de tierras diversas que, frente a otras visiones de la unidad de España, es un auténtico soplo de aire fresco.
Respecto a los partidos mayoritarios, no cabía otra reacción que no fuera la del elogio sin reservas. Sin embargo, unos y otros deberían ver que en este discurso navideño hay claros mensajes a diversos sectores del PP y del PSOE. El principal de ellos es que el deseo del bien común y no del individual (o lo que es lo mismo, partidista) deben guiar un debate político que necesariamente debe estar marcado por la prudencia. Algo que desgraciadamente empezamos a echar en falta en foros de tanta importancia como la comisión de investigación sobre los atentados del 11 de marzo.