Blogia
Puño y letra

La revolución naranja

Víktor YúshenkoLos ojos de occidente son lentos. Nuestra mirada sólo se dirige hacia el este en situaciones fuera de lo común. El caso de Ucrania es un buen ejemplo. Desde su salida del régimen soviético allá por 1991 ha tenido que haber un fraude electoral tan descarado como el de los últimos comicios del 21 de noviembre para que la Unión Europea y EEUU alcen la voz. Hasta ahora no se han preocupado en exceso por la vida política del antiguo “granero de la URSS”, pero no han desaprovechado la oportunidad de influir en este país cuando la revolución pacífica ha sido interna y no promovida por agentes internacionales. Entonces llegan observadores y mediadores internacionales por todas partes, que parecen bastante preocupados por “sacarse la foto”.


Lo que allí sucedía poco se parece a lo que llamamos “democracia”. El presidente concentraba mucho poder, había poco espacio político para las autonomías… Y las autonomías no son un tema baladí, ya que el oeste es pro-occidental y el este pro-ruso. A decir verdad, se trata de un sistema parecido al francés. Salvando las diferencias, porque los mismos sistemas no funcionan igual en un estado que en otro. Ayer se aprobaron unas medidas legislativas que parece que podrán dar un giro a la situación. El que a todas luces será el próximo presidente, Víktor Yushenko, no quería que se disminujera el poder del presidente, pero ha tenido que ceder a cambio de unas elecciones limpias el día 26 de diciembre. Lo que si aumentará será el poder del dividido Parlamento y del Gobierno saliente. Además, Yúshenko ha logrado la destitución del primer ministro y rival en las urnas, Víktor Yanúkovich.


Situación y datos de UcraniaEl presidente anterior, Leonid Kuchma, llevaba diez años asentado en el poder y, por lo que parece, en la corrupción. Si llega una democracia fiable a Ucrania, quizá se aclare este capítulo negro y otros, como la sombra del envenenamiento que dice haber sufrido Yúshenko y que se intuye por el estado físico tan deteriorado en el que aparece. De las reformas que se van a introducir, el principal perjudicado es el Kremlin. Putin ha sufrido su mayor humillación en los cinco años que lleva en el Gobierno de Rusia. Occidente va a tener ahora una Ucrania más cercana, lo que estaba deseando tanto Estados Unidos como la Unión Europea. Y los que seguro que van a ganar con este cambio van a ser los ucranianos, artífices de lo que en los libros de historia aparecerá como “la revolución naranja”.

0 comentarios