Cuesta de enero

Mientras los mortales se preparan para volver al trabajo después de las fiestas de Navidad y otros ya lo han hecho,los parlamentarios de nuestro país se enfrentan a un duro mes de vacaciones en el Parlamento. Como casi no tienen trabajo, es lógico que se tomen un descanso. Para empezar, el Plan Ibarretxe encima de la Mesa del en pocos días. Me imagino a Atutxa yendo a la Carrera de San Jerónimo para darle el Plan a Manuel Marín,pero la típica funcionaria le dirá: lo siento, es que está cerrado por vacaciones, si se lo puede mandar por e-mail... Esto no es serio, ¿no les vale con dos semanitas? Quizá estén todos demasiado preocupados por la cuesta de enero, como el resto de las familias de nuestro país y están sacando cuentas todo el día para conseguir cuadrar el presupuesto familiar. Otros quizás se apunten a academias de inglés, de éstas que aprendes a hablar en diecisiete minutos y sin estudiar, por supuesto, porque en ese espacio no te da tiempo. Otros estarán en su casa, con dignidad y con el puño "cerrao", haciendo imposible que nadie le interrumpa en las cenas familiares.

En este nuevo año unos volverán a caerse en los mítines y otros se desmayaran en los parlamentos regionales, sin aceptar todavía que la política sí que entiende de edad, a diferencia del amor. Pero esto no importará, porque habrá políticos que intenten solucionar problemas intergubernamentales cantando. También habrá ministras que pidan al ministro de Economía clases sobre el IVA y alguna concejal irá más a la frutería para asegurarse de que dos manzanas no son lo mismo que una manzana y una pera. Y mientras tanto, el poder judicial verá documentales de la BBC y un asesino de ETA saldrá a la calle tras cumplir 18 de 3.000 años de condena. Bueno, quizá haya exagerado en esto último.